La "locura del alquiler" cada vez peor
Berlín es nuestro hogar, pero amenaza con convertirse en una ciudad solo para personas ricas. Los alquileres están tan desbocados que muchas personas se ven obligadas a buscarse una casa en otro barrio o ciudad. Mientras tanto, los beneficios empresariales crecen y la clase política se dedica a mirar hacia otro lado. ¡Estamos hasta las narices!
Nuestro casa es demasiado cara
Una vivienda asequible es un derecho fundamental, pero cada vez más personas se ven obligadas a irse de su barrio, y a dedicar cada vez más dinero de sus ingresos a pagar el alquiler. En los últimos diez años, el precio del alquiler se ha duplicado mientras los salarios apenas han subido. Y ahora se suma la subida de precios de calefacción y electricidad. ¡Ya no nos podemos permitir vivir en nuestra ciudad!
El mercado no regula nada
Las empresas están obligadas a maximizar los beneficios de su accionariado. Nuestro aumento del alquiler de hoy es su beneficio de mañana. Las empresas inmobiliarias usan todas las prácticas empresariales para aumentar los alquileres y no son aliadas en la lucha por una ciudad justa. Debido a su gran tamaño, Deutsche Wohnen y Cía. son capaces de condicionar fuertemente el mercado del alquiler.
La clase política no ofrece otra solución
El "tope del alquiler" fue anulado, e instrumentos como "el freno del alquiler", la protección de "zonas tensionadas" y el derecho de tanteo prioritario no son suficiente contra la actual crisis de la vivienda. El gobierno no tiene propuestas pero nosotros sí: no hay otra medida a largo plazo más prometedora que la expropiación.
El beneficio está por encima del bienestar de las personas
El modelo de negocio de Deutsche Wohnen y Cía. consiste fundamentalmente en comprar las viviendas existentes y subir los alquileres. Quienes vivimos en Berlin pagamos sus beneficios con nuestro alquiler, mientras las empresas inmobiliarias desatienden las reparaciones y saneamientos necesarios, o cargan sobre las personas inquilinas las costosas rehabilitaciones.
¡La economía debe ser más democrática!
Los servicios públicos y los derechos fundamentales no deben dejarse en manos de la maximización de beneficios y el interés particular de los inversores. El 80% de las berlinesas viven en régimen de alquiler, y una gran mayoría han votado por la expropiación para poder decidir cómo quieren que sea la ciudad en el futuro.
Qué podemos hacer
La gente en Berlín ha dado al Gobierno un mandato claro para la expropiación. Queremos participar en la gestión y no seguir pagando enormes beneficios empresariales con altísimos alquileres. ¡Berlín debe seguir siendo nuestro hogar!
La expropiación procura alquileres asequibles a largo plazo
Las grandes empresas inmobiliarias no construyen casi ninguna vivienda nueva, y si lo hacen, son viviendas caras para ser vendidas. Su estrategia es comprar mucha vivienda y subir los alquileres. Con la expropiación se podrán bajar los alquileres de más de 240.000 viviendas, lo que tendrá una gran repercusión sobre el resto del mercado del alquiler.
¡Recuperamos la ciudad!
La mayoría de las viviendas de Deutsche Wohnen y Cía. pertenecieron al Estado de Berlín. Fueron construidas y financiadas con dinero de los/as berlineses/as. Luego el gobierno privatizó las viviendas y se las dio a precio de ganga a las empresas inmobiliarias. Queremos corregir este error. Estamos recuperando lo que las empresas se apropiaron.
Toda la ciudad se beneficia de la expropiación
La propiedad pública permite no solo alquileres asequibles, sino también protección al pequeño comercio, espacios para el arte y la cultura, espacios de acogida para personas refugiadas y de protección ante la violencia de género. La vivienda se puede repartir según las necesidades y no según los ingresos. Las necesidades básicas no pueden dejarse al mercado y su búsqueda de beneficio. No existe un derecho al beneficio, pero sí un derecho a la vivienda.
¡Queremos ser partícipes de la gestión!
El portero de la casa se ha ido... el espacio de juegos ya no está... ¿y nadie te ha preguntado? La expropiación posibilita que los/as inquilinos/as participen de las decisiones. La cogestión y los consejos de inquilinas son pilares de la nueva estructura de propiedad. De esta manera, se tomarán decisiones colectivas y se democratizará el derecho a la vivienda.
¡La expropiación merece la pena!
El artículo 15 de la Ley Fundamental dice: "La compensación a las empresas inmobiliarias puede realizarse por debajo del precio de mercado. Una compensación a precio de mercado premiaría la especulación de las empresas. El monto de la compensación puede refinanciarse íntegramente a partir de los alquileres de las viviendas socializadas. Después, los pisos siguen generando ingresos, que pueden utilizarse, por ejemplo, para financiar nuevas construcciones.